Me decepciona que a ya nadie le interese leer u opinar sobre temas que de cierta manera afecte la cultura propia o general de una persona. También me molesta que haya gente diciéndome que se cabréa al ver que este Blog no está 100% dedicado al Anime o Manga y que creen, me vale madres, no entren aquí si no les gusta :) Yo no les obligo a que lean mi página, solo les doy la oportunidad de que puedan leer lo que mis palabras quieren decir sobre el mundo o como decía el anterior Eslogan de mi Blog: "El Mundo a mi Manera".
Hoy estoy tan aburrido que solo quiero escribir lo que mi quemada y podrida mente quiere manifestar y es que desde años lleva aliada a mi imaginación... Eso significa que mi cerebro está lleno de estupideces y locuras que no se pueden imaginar (Oigan... no piensen mal... siempre sale un estúpido diciendo: "Cosas pervertidas!" y como siempre son idiotas con mentalidad de un niño de 10 años para abajo ._.).
Les voy a contar la historia de como resurgí al mundo :D Pero... les advierto que no apta para gente con Cero Imaginación D: Tienes que ser de esos que ve un perro y se lo imagina montando un rayo laser y disparándole a todo lo que ve >:3
Bien... pues... Comencemos :D
Muchas veces dicen que los Héroes surgen de la nada y aparecen cuando menos te lo esperas. Mientras cagas, comes, te das tu tiempo feliz con tu mejor amiga, la mano, o cuando estás a punto de hacer la puntuación máxima en Tetris y vaya que siempre se presentan en esos inoportunos momentos.
Vestidos con trajes de leotardos, sus rostros cubiertos hasta solo verle los ojos, unos músculos que piensas que son hechos a mano por un artista talentoso y por último, esa pose homosexual que representa el orgullo americano (?).
Cuando hablamos de "Héroes" siempre pensamos en el típico sujeto musculoso y con una marca en su pecho que dicta la inicial de su seudónimo. Ese seudónimo que lo oculta bajo una identidad secreta, y a veces no tanto.
Hacía ya por el año 2000, en un pequeño pueblo de la ciudad de "Manzada", un pequeño niño, de Tez un tanto oscura y ojos marrones, como el barro mismo, jugeteaba tranquilamente por el pueblo.
Este pueblo carecía de tecnología y, por lo tanto, la única diversión allí eran tus amigos. Y sino tenías, como era el caso de este pequeño, agarrar una piedra redonda y dibujarle una cara sonriente se convertía en el perfecto compañero de todos los días.
Ultra: *Terminando de pintarle la sonrisa a una roca por ahí* Ahora vas a ser alguien que me va a sonreir todos los días y me va a decir que todo está bien.
Pancreasio: ¿Quién te crees que eres diciéndome lo que tengo que hacer, pendejo?
Ultra: *Impactado al ver que esa piedra le hablaba* ¿Qué Mierda? ¿Esta piedra me está hablando?
Pancreasio: ¿Piedra? ¿Cómo te atreves a llamarme así, estúpido? Mi nombre es Pancreasio Piedrabuena III. *Su sonriente cara dibujada había cambiado a una enojada*
Ultra: ¿Qué no es lo mismo? Tu apellido suena a Piedra... *Tomando confianza, raramente*
Pancreasio: ¡Ah! ¡Ya cállate, pinche mamón! ¿Cómo te llamas, pendejo?
Ultra: Me llamo Ultra... y dejá de insultarme, ¿si?
Pancreasio: A mí no me dices que hacer, "UltraPendejo". Ahora suéltame que tienes las manos sudadas. Seguro de tanto jalártela.
Ultra: Dejá de decir boludeces. ¿Sos mexicano que hablás así?
Pancreasio: ¿Y tu eres un experimento fallido que tienes esa horrible cara, Cabrón? ¡PUES CLARO QUE SOY MEXICANO!¡Y DE TODO CORAZÓN, JOTITO!
Ultra: *Se queda callado un momento* Siento una mala vibra en vos. *Deja a Pancreasio en el suelo*
Pancreasio: Menos mal que ya me dejaste en el piso, pinche culero.
Ultra: ¿Desde cuándo las piedras hablan?
Pancreasio: ¿Qué acaso no lo sabías, cabrón? Todas las piedras hablamos, wey. Es desde la época colonial, donde todos los pendejos españoles venían y nos dibujaban caritas sonrientes para que no se sintieran solos.
Ultra: ¿Posta? Digo... ¿En serio?
Pancreasio: Sí, cabrón. Te lo digo yo por que soy tu padre, pendejo.
Ultra: Ooh... *Se rasca la cabeza* Entonces... ¿Me vas a hacer compañía?
Pancreasio: Que no, gacho. ¿Me viste cara de niñera o qué, mamón? Estoy aquí para concederte 3 deseos.
Ultra: ¡3 Deseos! ¡Que copado! Bueno... ¿Por dónde empiezo? No sabés todas las boludeces que te pediría.
Pancreasio: Ya, Ya, pendejo. No te hagas el oso. Ahora dime... ¿Qué deséas?
Ultra: Aaaam... Bueno... Mi primer deseo es... ¡Oh si! ¡Ya sé! ¡Deseo una Computadora!
Pancreasio: ¿Una qué? ¿Qué pedo con eso? ¿Eso se come?
Ultra: ¿No sabés que es una Computadora?
Pancreasio: ¡Claro que sé que es, imbécil! Sinó no te estaría concediendo todos tus deseos, cabrón. ¡Ahí te va! ¡Tápate la cara que salpica!
Finalizada las palabras de Pancreasio, la roca parlante, apareció una Computadora Portatil, mejor conocida como una notebook.
Ultra: ¿Qué carajo es esto? ¿Esto no es una Computadora?
Pancreasio: Que sí, pinchi. ¿Es que tu no has viajado al futuro, pingo? Esta pendejada fue el hito en el año 2008.
Ultra: Oooh... Pero.. ¿Cómo carajo funciona? *Le abre la tapa* Aaaah, mirá vos. ¿Y esta cagada no necesita enchufe?
Pancreasio: Sí, cabrón. Pero es con batería, pendejo.
Ultra: ¡Oh! ¿Usa pilas?
Pancreasio: ¡No, Estúpido! Ya aprenderás solito. Ahora, culero, dime tu segundo deséo.
Ultra: Aaaam... Deseo tener esa cosa llamada internet
Pancreasio: Si, claro. Te va y te viene.
Ya cumplidos su dos deséos, Pancreasio esperó a que Ultra le ordenara el tercer y último. Pero ya tan obsecionado con los anteriores pedidos, que al muchachos se le había olvidado hasta la presencia de Pancreasio.
Habían pasado ya 5 años y Ultra había descubierto todo lo habído y por haber de la internet, la tecnología, juegos, etc. Era un pobre sin vida y anti-social que vivía de hablar con otras personas mediante redes sociales o mensajeros instantaneos.
Pancreasio estaba re bien cabreado al ver que Ultra no le pasaba ni una mirada, siquiera. Cansado de esto, la pequeña piedrita parlante, se le abalanzó sobre la cabeza.
Ultra: ¡HAA! ¡Pará, pelotudo! ¿Qué te pasa?
Pancreasio: ¿Ahora si me hablas, pendejo? Podría ahora mismo estar convertido en vidrio y no te movías, ¿huh? Ya no eres el mismo, pinche puñetero.
Ultra: Estoy igual, boludo.
Pancreasio: Mira, cabrón. Insultas más de lo debido. Antes eras un tipo respetable de la sociedad.
Ultra: Respetable, los huevos.
Pancreasio: Y eso también.
Ultra: ¿Qué carajo querés?
Pancreasio: Quiero que pidas tu último deseo, pinche putito.
Ultra: Ah... ¿Mi último deseo?
Pancreasio: ¡Que sí, cabrón!
Ultra: Bueno, bueno... tranquilizate, boludo.
Pancreasio: ¡Ya, jotito, habla!
Ultra: Bueh... Entonces... Nosé... Deseo algo estúpido.
Pancreasio: ¿Algo estúpido? Pero si ya existes tú, pendejo.
Ultra: Dah... Si te vas a poner así. Entonces no deséo un huevo.
Pancreasio: Me vale madres, pingo. Sea como sea... te voy a dejar algo como castigo y de paso como recuerdo, putita.
Ultra: ¿Lo qué?
Pancreasio comenzó a elevarse por el aire y una enorme luz lo abrazó cegando la vista de Ultra temporalmente.
Cuando sus ojos pudieron ver con normalidad, Pancreasio había desaparecido. Empezó a buscar por todos lados, bajo su cama, al baño, y así hasta llegar y verse al espejo.
Ultra quedó un poco impactado al ver que tenía una gorra que decía su nombre, se la intentó sacar pero no podía. Era como si estuviera pegada a su carne.
Desde ese momento empezó a sentir como si tuviera aún a pancreasio dentro de sí, porque podía seguir oyendo sus insultos y su negativa sensación.
Luego de todo, Ultra vió una nota en la vicera. La sacó con cuidado y la leyo. Esta decía:
"Espero que ahora disfrutes tu nueva vida de idiota e imbécil 10 veces más que antes. Ahora voy a estar dentro tuyo dándote todo lo malo y obligándote a decir cosas estúpidas y a horrorizar tu imaginación, pendejo. Vete a la verga.
Atte. Pancreasio"
Espero que hayan disfrutado esta pequeña historia tanto como yo al escribirla xD
Salu2! :D
